miércoles, 17 de abril de 2013

Reflexiones sobre la violencia en el deporte

Como puede ser que a veces el deporte que más te gusta, puedas llegar a odiarlo, no es el motivo la derrota, o la táctica mal diseñada, o incluso la falta de concentración de jugadores, no esto no es el motivo, sino cuando nos hacemos prisionero de un ogro que sale de dentro y provoca la violencia que de forma intrínseca se ha hecho dueño y señor de este deporte.

Cuando lo que debe primar son los valores de fairplay, que siempre han defendido el fútbol, que es la constitución de este deporte, no la saltemos sin pensar que lo que hacemos pueda dañar a otros. Hay que pensar  que en el fondo de todo se encuentran la educación recibida, tu formación deportiva, tu carácter competitivo, etc. que a veces no se corresponde, pero otras sin embargo se manifiestan de tal manera que en lo más profundo de tu ser, descubre aspectos que nunca hubieras pensado que existirían.

En estas batallas deportivas que a veces se convierten en realidad, surge los ángeles endemoniados, que haces que te olvides de lo importante, de porque estas allí, de cual es tu objetivo, de los compañeros, de los adversarios, ..., de la realidad en la que te encuentras y te introduces en una cueva oscura de donde cuando sales, ya has ejecutado lo que nunca debiste hacer.

Días después si tienes conciencia, no puedes dormir arrepintiéndote de aquello que nunca pensaste que harías. Por contra otros repiten constantemente esa actitud, que les sirve para mostrarse a los demás como no son, pero que utilizan como "el escaparate", para todos aquellos que no tienen personalidad, los débiles, los inmóviles .. que acabarán señalados y perseguidos por el resto, y algún día pagarán de una u otra forma , lo que ahora forma parte de sí mismos, de su envoltorio, donde protegidos por un deporte, manifiestan su actitud agresiva, que a ellos le producen ese placer, que los demás no consiguen descubrir.